Criar al hijo autista de mi hermana fue un giro inesperado en mi propia vida. Pero me encantó cada minuto. Incluso si esos minutos significaban que todo funcionaba según un horario rÃgido con poco tiempo para cualquier otra cosa.
VivÃa mi vida para él: desarrollador de software de dÃa, camarero de noche. No le faltaba nada. Y no tenÃa tiempo para desear nada. Pero últimamente me resultaba más difÃcil hacerlo todo por mi cuenta.
Llegó Will.
El hijo de mi jefe.
Está aquà para ayudarme con Miller. Pero de alguna manera me está ayudando a darme cuenta de que tal vez la vida que habÃa imaginado, la vida que pensé que estarÃa haciendo solo, puede ser diferente.
Y no sólo me está dando el tiempo extra que necesitaba para el cuidado de Miller y el trabajo y la vida. Sino que me está devolviendo ese tiempo para desear.
Y está haciendo que lo desee.
Haciendo que quiera más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario